INGREDIENTES:
BIZCOCHO:
- 225 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 320 gr de azúcar moreno
- 160 gr de azúcar blanco
- 5 huevos
- 540 gr de harina
- Un sobre de levadura
- Una pizca de sal
- 220 gr de leche
- 25 caramelos Werther's Original
SALSA:
- 370 gr de leche condensada
- 160 gr de azúcar moreno
- 25 gr de mantequilla
- 1/2 cucharada sopera de aroma de vainilla
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 165ºC y engrasamos y enharinamos el molde elegido.
Batimos la mantequilla hasta que esté cremosa. Añadimos los dos tipos de azúcar y batimos hasta integrarlos.
Ahora, añadimos los huevos, de uno en uno, y mezclamos bien.
En un bol aparte, mezclamos la harina con la levadura y la sal. Y vamos añadiéndola, poco a poco, alternándola con la leche a la mezcla anterior. Batimos hasta que esté bien ligado.
Vertemos la mezcla en el molde que habíamos preparado.
Es el momento de trocear los caramelos. Yo los metí dentro de una bolsa de plástico y les dí golpes con el rodillo.
Para que al incorporar los trocitos de caramelo, no se os vayan al fondo, pasarlos por harina. Éste es un truco que podéis utilizar en cualquier otro bizcocho si le queréis incorporar trocitos de algo como pasas, pepitas de chocolate, etc. de esta forma no se irán al fondo del molde.
Como esta masa es densa, hundid un poco los trozos de caramelo para que no se queden en la superficie.
Introducimos el molde en el horno, que ya habrá alcanzado la temperatura deseada, y horneamos durante 85 a 95 min., hasta que el palillo salga limpio. Si veís que se dora demasiado, podéis taparlo con papel de aluminio para que no se queme. En mi caso no fue necesario, pero ya sabéis que cada horno es distinto.
Dejamos enfriar durante 10 min y después desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Mientras, preparamos la salsa. Vertemos en un cazo la leche condensada y el azúcar moreno y llevamos a ebullición sin dejar de remover. Bajamos el fuego y ocinamos durante 8 min. removiendo con frecuencia.
Pasado este tiempo, retiramos del fuego y añadimos la mantequilla y la vainilla. Mezclamos bien y dejamos enfriar 5 min.
Para que el bizcocho se asentara bien sobre el plato de servir, le corté "la barriga" que se forma al subir la masa cuando se hornea. Pero no se os ocurra tirarla, está tostada y riquísima.
Una vez colocado el bizcocho en el plato en el que vayamos a servirlo, lo cubrimos con parte de la salsa.
El resto de la salsa la colocamos en una salsera para que cada comensal pueda servirse en su porción.
La salsa cuando se enfría se endurece. Para consumirla en su estado óptimo, deberéis calentarla un poco en el microondas.
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