Esta es una receta ideal para incluir en un brunch o en una cena informal, y aunque la elaboración podría ser más laboriosa, os voy a describir cómo realizarla de la manera más fácil posible. Me explico, la masa quebrada la podéis hacer en casa o comprarla congelada, y las espinacas se pueden rehogar en la sartén con unos ajitos o simplemente descongelar en el microondas y añadirles ajo en polvo. En esta ocasión opté por la vía rápida, pero si tenéis tiempo y os apetece podéis optar por el camino más largo, que tampoco lo es en exceso.
INGREDIENTES:
- 225 gr de espinacas congeladas
- 100 gr de queso tipo Philadelphia
- 1 cucharada colmada de mayonesa
- 1 cucharada de parmesano rallado
- 1 placa de masa quebrada congelada
- 15 gr de queso emmental rallado
- Ajo en polvo y sal
PREPARACIÓN:
Sacamos la masa quebrada del congelador para que se vaya descongelando.
Engrasamos con mantequilla o margarina una bandeja de moldes para magdalenas y reservamos.
Seguimos las instrucciones del fabricante para descongelar y cocinar las espinacas en el microondas. En mi caso las he metido tapadas a máxima potencia durante 9 minutos. Sacamos, removemos y salamos. Si soltaran agua, escurrimos bien.
Mezclamos las espinacas con los quesos Philadelphia y parmesano y con la mayonesa. Espolvoreamos con ajo picado y rectificamos de sal si fuera necesario.
Una vez que la masa se haya descongelado, la estiramos un poco con el rodillo y la cortamos en 6 cuadrados.
Con cada uno de los cuadrados de masa cubrimos cada hueco de la bandeja.
Rellenamos con la mezcla de espinacas.
Cubrimos con un poco de queso emmental.
Y metemos en el horno que habremos precalentado a 210º. Horneamos hasta que la masa esté dorada.
Dejamos enfriar un poco y con cuidado sacamos cada cestita de su molde y servimos.
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